EL NORTE SANTAFESINO

La provincia de Santa Fe cumple un rol fundamental en el desarrollo y la integración social, económica y productiva de la República Argentina. Su población representa un 8% del total nacional con 3.200.736 habitantes según el Censo 2010, siendo la tercera provincia con mayor población del país .

Con una extensión territorial norte-sur de 720 Km. de longitud y de 380 km. en su eje este–oeste. Es la segunda economía más importante del país. Está compuesta por 51 municipios y 312 comunas, que se organizan en 19 departamentos, con sus correspondientes ciudades cabeceras departamentales.

El norte santafesino se encuentra integrado por los departamentos General Obligado, Vera y 9 de Julio, con una población total de 257.936 habitantes (2010), una extensión de 48.894 km2 y un total de 9 municipios y 36 comunas. 

Los departamentos General Obligado y Vera se encuentran situados en el noreste de la provincia, siendo las ciudades cabeceras Reconquista y Vera respectivamente. El departamento 9 de Julio se encuentra ubicado en el noroeste de la provincia y su cabecera departamental es la ciudad de Tostado. 

La demografía del norte santafesino está conformada por el mayor porcentaje de población rural de la provincia, así como los más altos niveles de población infanto-juvenil (el 57% de la población total de los tres departamentos tiene entre 0 y 29 años, de los cuales el 31% corresponde a la franja etaria de 0 a 14 años, y el 26% restante de 15 a 29 años).  

Los habitantes del norte santafesino poseen un gran sentido de pertenencia a su territorio, con una fuerte cultura asentada en sus costumbres, fiestas típicas y eventos regionales. En este contexto, el fuerte arraigo de sus ciudadanos se traduce en instancias e instituciones de trabajo colectivo, otorgando a las organizaciones de la sociedad civil una importancia fundamental por las acciones que generan y la posibilidad del trabajo en red.

Medioambiente

Esta región presenta tres zonas ambientales identificables, propias de la gran diversidad natural de su territorio:

- En el centro-norte la Cuña Boscosa: formación arbórea del parque chaqueño constituida por una gran variedad de especies forestales y poblada por una rica fauna.

- Al oeste, los Bajos Submeridionales: una extensa zona deprimida sin diferencias en su relieve, con problemas de escurrimiento de las aguas, carencias de árboles y amplias alternancias de inundación y sequía. Mientras que al oeste de los Bajos Submeridionales, se encuentra una extensa zona árida y seca correspondiente al departamento 9 de Julio.

- Al este, el valle del Río Paraná: un ambiente de islas y arroyos en permanente cambio y con una fauna muy variada.

Con el correr de los años, la región ha sufrido un incremento cada vez mayor de sequías, poniendo en peligro la sustentabilidad del ecosistema de los Bajos Submeridionales –uno de los humedales más grandes de la Argentina. A su vez, las inundaciones, en conjunto a las sequías y su sistema cíclico, han producido una biodiversidad biológica única.

Desarrollo productivo

Atendiendo a esta diversidad y riqueza de recursos naturales y ecosistemas, la producción típica del norte santafesino es una de las más diversificadas de la provincia, integrando una economía en desarrollo con un gran potencial. Las condiciones climáticas de tipo subtropical con estación seca y la variación de la temperatura acentuada entre las estaciones, así como los ciclos de lluvias y sequías, generan el contexto ambiental y territorial propicio para una economía de gran heterogeneidad.

El desarrollo económico-productivo del norte santafesino ha sido potenciado desde el gobierno de la provincia a través de políticas, acciones y programas ejecutados en los 8 años precedentes. De esta forma, se ha logrado un crecimiento de las economías regionales y locales, generando la formación de nuevos emprendimientos y la consolidación y crecimiento de los existentes.

Las cadenas productivas y de valor, integradas y complementadas con el medio ambiente, encabezan el desarrollo económico regional. Además, los emprendimientos de altas tecnologías, industriales (metalúrgicos, maquinaria agrícola) y de servicios (los cuales se encuentran concentrados principalmente en el área metropolitana Reconquista-Avellaneda), forman parte del desarrollo productivo de alto valor agregado.

El acceso al Río Paraná mediante puertos genera una gran oportunidad logística productiva. Mientras que el aprovechamiento de los sistemas de islas y humedales tiene gran incidencia por su potencial en el desarrollo ictícola y de la piscicultura.

El fortalecimiento de las cadenas de valor, pastizales, forestales, carnes, cultivos tropicales como la caña de azúcar y algodón, cultivos tradicionales de cereales y oleaginosas como el girasol, soja, maíz, trigo y sorgo, y los emprendimientos lácteos; la apicultura, la citricultura y una importante cadena de integración avícola, se destacan dentro de las cadenas productivas de la región.

La llanura propia del territorio y el desarrollo de los pastizales generan un ambiente idóneo para la producción ganadera y para la producción agrícola, en sus diferentes variedades, es decir, soja, sorgo y trigo.

Además, la región cuenta con una importante red de instituciones y actores privados y sociales, destacándose las cooperativas, las entidades intermedias y ONG. Este entramado fortalece el desarrollo de capacidades locales y regionales así como el diálogo y la participación en la construcción de procesos colectivos.