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La provincia continúa fortaleciendo sus políticas en Salud Mental

En la actualidad Santa Fe cuenta con más de 130 dispositivos que sustituyen los antiguos “manicomios”, acompañando alrededor de 7500 usuarios.

El Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe trabaja desde el 2007 en la creación y fortalecimiento de dispositivos sustitutivos que tienen por objetivo la desmanicomialización. En este sentido, la provincia cuenta con 130 dispositivos sustitutivos que a través de la producción, el trabajo, el entretenimiento y el arte aportan herramientas a personas con padecimientos subjetivos para que puedan transitar el mundo con la mayor autonomía posible.

Al respecto, la directora de Salud Mental, Liliana Olguín, resaltó la intención del gobierno de continuar fortaleciendo estos espacios: “Es muy importante para nosotros el momento histórico que estamos viviendo en términos de salud mental, por la creación del órgano de revisión provincial y porque desde esta nueva gestión se refuerza el compromiso con estas políticas de salud mental. Desde la dirección tenemos el compromiso de continuar trabajando en el desarrollo de políticas de salud mental, que garanticen los derechos de las personas usuarias y defiendan los principios establecidos en las diferentes legislaciones vigentes, teniendo como ejes fundamentales la sustitución de las lógicas manicomiales, la atención primaria de la salud, los derechos de humanos y la participación de trabajadores, usuarios y familiares”.

Asimismo, Olguín se refirió a la importancia del compromiso que tienen todos los trabajadores del área y sostuvo que “hoy somos casi 700 trabajadores dedicados a áreas de salud mental. En estos años se ha trabajado fuertemente en su formalización, jerarquización y formación, por supuesto que queda por hacer pero es importante resaltar que estamos tomando caso por caso para seguir fortaleciendonos”.

RESIDENCIAS COMPARTIDAS
Entre los dispositivos sustitutivos más innovadores, se encuentran las llamadas “Residencias compartidas”, que son dispositivos integrales de vivienda asistida terapéuticamente para los usuarios de salud mental.

El objetivo de este dispositivo de viviendas es recuperar la autonomía y los lazos sociales de los usuarios de salud mental. En la actualidad existen 14 residencias en la provincia, de las cuales seis están en Rosario, una en Santa Fe, una en San Lorenzo y seis en Oliveros. En estas casas se alojan alrededor de 50 usuarios y en cada vivienda viven no más 4 personas. Cada casa cuenta con un equipo de apoyo conformado por trabajadores sociales, psicólogos, enfermeros y operadores barriales.

La coordinadora de los Dispositivos Sustitutivos de Salud Mental, Marcia Reitich, señaló que las “Residencias compartidas” son casas que apuntan a funcionar como tal y que el eje fundamental es la posibilidad de los moradores de vivir con otros, de fortalecer lazos sociales entre ellos y con la comunidad, como así también incluirse en la vida social del barrio”.

Además detalló que muchas personas que hoy viven en estas casas estuvieron anteriormente largos períodos de internación. Estas “residencias” que comparten otros brinda la oportunidad de reconstruir los lazos sociales y la autonomía de cada persona, como por ejemplo, ir hacer de las compras, hacerse la comida, lavarse la ropa, tomar el colectivo, entre otros haceres de la vida cotidiana.

Por último, Reitich, aseguró que “resulta muy estimulante ver cómo de a poco cada persona que se va a vivir a una de estas casas va recuperando hábitos perdidos, que fueron olvidando por la larga internación; parece algo simple hacerse la comida, lavarse la ropa, pero en estos casos es una gran logro, tanto para ellos como para nosotros. Las responsabilidades en el sostenimiento cotidiano del proyecto son compartidas por todos los que estamos comprometidos con su continuidad y crecimiento”.

DEJAR EL ENCIERRO EN PRIMERA PERSONA
Marta, Paula, Mónica y Ana María conviven en una de las residencias compartidas de Rosario, quienes además son parte de los talleres de producción textil “ Hilos enredados” que se desarrollan allí y al cual asisten, además, compañeras que no residen en la casa. Estos talleres forman pase suman a las instancias de fomento de lazos sociales, permitiendo que puedan generar sus propios ingresos y poseer mayor autonomía.

Marta Paula, María y Ana habían transitado previamente períodos de encierro y, en sus palabras, la emoción aparece cuando cuenta cómo les “cambió la vida”. En ese sentido, Marta describió que “yo venía de una situación muy difícil y me cambió la vida la casa, hay un abismo de diferencia, en el hospital era un número, un legajo, no sos una persona en todo el su sentido de integridad. Yo tuve suerte porque tuve permiso de salir al mes de entrar al hospital, yo tenía una situación bastante llevadera”.

Marta se refiere a los cambios producto del contacto con el trabajo: “todos los días vienen Sandra y Vanesa, que nos supervisan, o sea que sola no estamos. Yo tengo esposo y salgo con él los días sábados. También trabajo y hago los banderines en “Hilos enredados”, que es nuestro taller de producción textil y preparamos todo para vender en las ferias”.

Mónica, por su parte, agregó que “es mucho mejor la casa que el hospital, estamos más unidas y nos llevamos bien. Con las tareas de las casa, nos repartimos, un día hacemos una cosa, otro día otra y así. Es como nuestra casa".

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