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La provincia completó un aporte de 4,5 millones de pesos para un centro de recuperación de adictos

Se trata de la Asociación Civil del Padre Misericordioso que depende del Arzobispado de Rosario. Con los fondos adquirirán el inmueble donde funciona y podrán iniciar un plan de ampliación.

Desarrollo Social Jorge Elder; el padre Fabián Belay; el ministro Jorge Álvarez; y el director provincial de Coordinación de Gestión del Ministerio de Gobierno y Reforma del Estado, Sebastián Bonfiglio.

Lunes 1 de febrero de 2016

El gobierno de la provincia de Santa Fe completó este lunes el aporte de 4,5 millones de pesos destinado a la Asociación Civil Padre Misericordioso, que depende del Arzobispado de Rosario, para la compra del inmueble donde funciona un centro de rehabilitación de personas con problemas de adicciones. En diciembre pasado el gobernador Miguel Lifschitz había otorgado un adelanto de un millón de pesos al arzobispo Eduardo Martín.

En la sede de la institución, que está ubicada en barrio Cristalería y depende de la Pastoral Social de Drogadependencia, el ministro de Desarrollo Social, Jorge Álvarez; junto con el secretario de Desarrollo Territorial, Jorge Elder, hicieron entrega de la segunda parte del subsidio por un total de 3,5 millones de pesos a su director, el padre Fabián Belay.

Con este aporte la Asociación Civil adquirirá el terreno donde funciona actualmente y de esta manera comenzará un plan de ampliaciones y reformas para brindar un mejor cuidado de las personas que allí concurren. Para el corriente año está proyectadas la construcción de tres nuevas casas que permitirán ampliar la capacidad de atención de 15 a 40 personas.

El abordaje terapéutico se realiza desde el Modelo Minessota, con una apuesta fuerte en la reinserción social de los pacientes, teniendo como prioridad la recuperación del vínculo con la familia, la capacitación en oficios y el primer acceso al sistema de salud pública.

La casa, que funciona en calle Lorenzo Batle 4302, trabaja con pacientes que son abordados por equipos interdisciplinarios compuestos por terapeutas, psicólogos, licenciados en trabajo social, psiquiatras, y terapistas ocupacionales, entre otros.

Esta labor conjunta entre la Iglesia y el Estado provincial se suma al trabajo que actualmente llevan adelante el municipio y la Pastoral para tratar la misma problemática.

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