Medicina del Viajero
La Medicina del Viajero brinda orientación y cuidados específicos para prevenir enfermedades y reducir riesgos durante los desplazamientos, tanto dentro como fuera del país.
Se recomienda consultar al médico o médica de cabecera para un adecuado control de salud previo al viaje. Esta indicación cobra especial importancia en el caso de niños, personas gestantes, mayores de 65 años o quienes padezcan enfermedades crónicas o trastornos en sus defensas.
Asimismo, si el destino incluye zonas tropicales o exóticas, se aconseja realizar una consulta especializada en Medicina del Viajero al menos cuatro semanas antes de la partida. En esta instancia se revisa el tipo de viaje y el itinerario, se indican los medicamentos pertinentes, vacunas y cuidados especiales según la edad, las enfermedades preexistentes o los riesgos propios del lugar de destino.
También es fundamental mantener el calendario de vacunación actualizado, ya que contempla la mayoría de las enfermedades infecciosas prevenibles por vacunas. El viaje es una buena oportunidad para revisarlo. Además, existen vacunas específicas según el destino, como las que previenen fiebre amarilla, hepatitis A, meningitis o fiebre tifoidea, entre otras.
Otra medida esencial es contar con un seguro médico y conocer los servicios de atención disponibles en el lugar de destino.
Se recomienda preparar un botiquín de viaje con los elementos básicos y la medicación habitual —acompañada de la receta original en caso de estancias mayores a una semana—. También debe incluir repelente de insectos a base de DEET (mayor al 15%) o icaridina, alcohol en gel, protector solar con FPS superior a 30, gasas, termómetro, analgésicos, antialérgicos, sales de rehidratación oral y preservativos. Hay que tener presente que puede ser dificultoso conseguir medicamentos de uso frecuente en algunos destinos.
Para prevenir enfermedades transmitidas por mosquitos —como dengue, chikungunya, zika o malaria— se aconseja usar ropa clara y de manga larga, cubrir los pies, utilizar mosquiteros o pastillas evaporizadoras, mantener aire acondicionado en las habitaciones, y aplicar repelente en la piel expuesta 15 a 20 minutos después del protector solar, repitiendo la aplicación cada 4 a 6 horas o luego del baño.
En cuanto a las enfermedades transmitidas por agua o alimentos contaminados, es importante evitar el consumo de agua no segura, hielo o alimentos crudos o de venta ambulante, y preferir comidas cocidas y agua embotellada.
Se recomienda además usar preservativo para prevenir infecciones de transmisión sexual, y evitar el contacto sexual si se observan lesiones genitales, úlceras, manchas o ampollas.
Otros riesgos asociados a los viajes incluyen:
- Deshidratación: mantener una buena ingesta de líquidos.
- Quemaduras solares: aplicar protector y evitar la exposición entre las 11 y las 16 horas.
- Jet lag: hidratarse durante el vuelo, evitar el alcohol y las comidas copiosas, descansar al llegar al destino y no realizar ejercicio intenso si no se está entrenado.
- Mal de altura: consultar previamente al médico y evitar el consumo de alcohol.
- Mordeduras de animales: reducir el contacto con perros, monos o animales salvajes, y contar con el calendario de vacunación completo.
Durante el viaje, si aparecen síntomas como fiebre, dolor de cabeza o muscular, manchas en la piel, diarrea, náuseas o vómitos, se debe consultar al servicio de salud más cercano, mantenerse hidratado y utilizar paracetamol.
Para solicitar turno con el consultorio especializado de Medicina del Viajero, se puede escribir un correo electrónico a turnosmedicinadelviajero@santafe.gov.ar o enviar un mensaje de WhatsApp al 342 6460132.


