Alumnas de la la cátedra Residencia de Bellas Artes de la formación docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), junto a los jóvenes del taller de cerámica del Programa Nueva Oportunidad, realizaron instrumentos musicales que se exhibirán en la Feria de Artesanías que se realizará en la Plaza San Martín (de Rosario).

El proyecto denominado "Barro que Canta", que consistió en el diseño de instrumentos musicales utilizando arcilla, fue coordinado por las alumnas Lara Lhemann y Marcela Philipp con el apoyo de la docente de cerámica Viviana Modolucci. La iniciativa se desarrolló como práctica docente en el Nivel Superior no formal, con 10 horas cátedras que se acreditan para obtener el título de profesora y maestra de grado en Bellas Artes.

Los jóvenes confeccionaron diversas piezas musicales como, por ejemplo, “antaras” que provienen de la familia de los sikus; “urus” que son instrumentos de percusión originarios de África, “tambores” de la región del Chaco, “flautas” precolombinas, y hasta un silbato español llamado “cirel”.

Una vez por semana, los jóvenes se trasladan desde el barrio Nuevo Sorrento, ubicado en la zona norte de Rosario, hasta la Escuela Técnica Nº 656 “Juana Elena Blanco”, sita en Pasco al 400. El grupo hizo el año pasado el curso de mosaiquismo con salida laboral.

PROYECTO

Jonatan es uno de los jóvenes que se acercó al programa Nueva Oportunidad por segundo año consecutivo. “Empezamos el taller este año, nunca habíamos trabajado con este material, hicimos algunos sikus. Primero amasamos la arcilla, cortamos dos planchas, y los tubos de plástico para que suene, lo pintamos, y lo llevamos al horno a más de 1040 grados”, comenta mientras pinta un cerámico artesanal.

Lara Lhemann cuenta que el proceso llevó más clases de las pautadas al inicio. “Teníamos una cantidad de horas planificadas pero seguimos dando clases porque acompañamos este proyecto hermoso. Tenemos una muy buena relación con los chicos, y trabajamos codo a codo”, asegura la alumna de la UNR que se recibirá de docente antes de fin de año.

Su compañera, Marcela Philipp hace hincapié en las posibilidades de la educación superior no formal: “En esta instancia se pueden aprovechar determinadas libertades, tanto de espacio como de propuesta. Empezamos hace tres meses, primero vinimos a observar, conversamos con la profesora, y después hicimos artesanías que son instrumentos musicales, generalmente de nuestra cultura precolombina, y también hispana”.

En relación al aprendizaje de los jóvenes, Lhemann asegura que “es un grupo que trabaja muchísimo, les gusta la cerámica, y le ponen una intención estética fuerte; tienen una impronta muy personal. Nos encontramos con una profesora que sabe mucho, y acompañó el proceso desde el primer momento”, dice, al tiempo que agradece a Viviana Modolucci por su predisposición.

CERÁMICA

En el proyecto "Barro que canta", se realizó un entrecruzamiento del objeto utilitario y el abordaje plástico a través de la arcilla y sus múltiple posibilidades de creación. El objetivo fue la producción de un objeto sonoro partiendo teóricamente del desarrollo de la cerámica precolombina, la dualidad arte/artesanía, la legitimación del arte en la posmodernidad, y la presentación de artistas contemporáneos que trabajan dicha técnica.

En este sentido, la docente de la cátedra Silvana Galetto rescató la dimensión artística y social del proyecto. “Tiene una sensibilidad especial, porque son chicos muy vulnerables socialmente y, además de aprender una técnica, se abrió un debate acerca del arte y la artesanía, y en el posmodernismo lo que se trata justamente es de abrir la pregunta, es decir que no haya linealidad”, sostuvo quien será la encargada de calificar este proyecto singular de la práctica residente.