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24/10/2014

Son estudiantes de la escuela de Educación Secundaria Orientada N° 569 del barrio Santa Lucía, que participan del programa provincial Conduciendo Conciencias Viales. El aparato funciona con luz y sonido y se activa usando una radiofrecuencia de 10 metros.


Estudiantes rosarinos diseñaron un dispositivo de bolsillo que avisa a las personas ciegas cuándo pueden cruzar la calle

 

Los alumnos de la escuela secundaria N° 569 “Carlos Funtealba” del barrio Santa Lucía de Rosario crearon el proyecto “Fronteras sin límites”, iniciativa a través de la que ya diseñaron un dispositivo de bolsillo que da aviso a los peatones con discapacidad visual cuál es el momento en que están habilitados para cruzar de vereda.


Este proyecto tiene un objetivo concreto: ayudar a las personas ciegas y con disminución visual a cruzar la calle sin ayuda de un tercero, usando un dispositivo de bolsillo que funciona con luz y sonido y que se activa usando una radiofrecuencia de 10 metros.


Verónica Tolosa, docente de lengua y coordinadora del programa Conduciendo Conciencias Viales, explicó que la idea nació luego de varias actividades, en las que los alumnos reflexionaron sobre la seguridad vial desde una perspectiva social, poniendo el énfasis en las conductas no como actos individuales sino como un producto de la sociedad actual.


“A partir de la primera unidad de formación, los chicos salieron a la calle a observar cuales eran las conductas que teníamos como peatones, y le quisieron agregar un aditamento que pasaba si esa persona no podía ver o si tenía una discapacidad auditiva”, señaló la docente del proyecto que se presentó en el Concejo Municipal, y posteriormente en la legislatura provincial.


La experiencia empezó a delinearse cuando el grupo de alumnos realizó un trayecto desde el barrio hasta el centro, utilizando el colectivo y luego caminando, con un alumno con los ojos vendados, el cual era guiado por sus compañeros.


“Empezaron a encontrarse con los inconveniente de no poder ver, de tener que agudizar el oído para poder manejarse, el resto del grupo tenía que conducirlos como corresponde, teniendo en cuenta los obstáculos en el espacio público”, explicó Tolosa.


La vivencia de los chicos se completó con una entrevista en la peatonal Córdoba con una pareja de ciegos que utilizaba bastones blancos y verdes, y en ese marco las personas con discapacidad visual plantearon la necesidad de tener un dispositivo que les permita cruzar las calles con mayor tráfico vehicular.


“Querían tener un dispositivo de bolsillo que avise cuando las personas ciegas quieran cruzar con un mecanismo similar al de una alarma, con un costo menor y sin alto impacto sonoro”, contó la docente que la única referencia de una herramienta similar es el dispositivo utilizado en la ciudad autónoma de Buenos Aires.


Los alumnos tomaron la posta y armaron el proyecto con la colaboración de los alumnos de la escuela técnica N° 4, quienes se encargaron de la fabricación del dispositivo.


Se buscó un dispositivo individual que pudiera producir sonido y al mismo tiempo un impacto visual, y que “esté instalado en cualquier esquina sin necesidad de que esté necesariamente en un semáforo para que la persona pueda activarlo a partir de una radiofrecuencia de 10 metros”, detalló Ariel, uno de los alumnos del curso.


El dispositivo se realizó con materiales reciclables y tiene un costo aproximado de 300 pesos, una diferencia notoria si se compara con la herramienta que se utiliza en de ciudad autónoma de Buenos Aires, cuyo valor es de 1.500 pesos.


En lo electrónico se utilizó material de importación. “Los alumnos postulaban que se podía hacer lo mismo con un celular, utilizando un mecanismo similar al que la provincia pensó para las mujeres que sufren violencia de género”, señaló Tolosa, dejando en claro que el dispositivo puede ser perfeccionado tecnológicamente.


La concreción de esta herramienta para la inclusión de las personas ciegas y con disminución visual les abrió la puerta a los alumnos del barrio Santa Lucía, quienes presentaron el proyecto en el programa “Concejales por un Día”, el cual fue aprobado en forma unánime.


Con la aprobación del proyecto, la Secretaría de Salud municipal “nos convocó a principio de año, estaban todos los concejales, aceptaron el dispositivo y ya lo pasó a la parte de presupuesto para que pueda instalarse progresivamente en la ciudad”, manifestó la coordinadora y docente de la única escuela secundaria del barrio Santa Lucía.


“Es muy importante tener esta herramienta en el barrio, si se pueden llevar adelante tantos proyectos, por qué no éste, que es para las personas ciegas que tanto lo necesitan”, expresó Cintia, una de las protagonistas de este proyecto de inclusión y convivencia.


La oportunidad que tuvieron los chicos de concretar “Fronteras sin límites”, y mostrarlo en otras instancias como el concejo y la legislatura, les permitió realizar otras propuestas como las garitas para colectivos y la señalización en el barrio.


Para Verónica Tolosa, la posibilidad de que los alumnos elijan la temática de seguridad vial en forma libre y realicen un trabajo de concientización, es lo que enriquece el proceso de aprendizaje.


“Es una satisfacción enorme, ver cómo participaron y cómo el proyecto se pudo abrir a otros aspectos, porque logramos generar conciencia en los jóvenes, partiendo de un tema propuesto por ellos”, valoró la coordinadora.

Conduciendo Conciencias Viales


El programa de formación Conduciendo Conciencias Viales, organizado en forma conjunta por el ministerio de Educación y la Agencia de Seguridad Vial, se implementa hace dos años en las escuelas oficiales de Santa Fe, y es pionero en el país en la capacitación e incorporación de contenidos de seguridad vial desde el aula.


En el año 2013, este proceso se inició en 100 escuelas secundarias orientadas y de educación técnica de gestión privada y pública, con la capacitación de docentes de 5° año en temáticas como normativa vial, leyes de tránsito nacional y provincial, seguridad vehicular, expresión artística, nuevas tecnologías, y lenguajes de comunicación.


En una segunda instancia, los docentes trabajan en forma transversal y desde distintas áreas con los alumnos de 5 ° año, abordando los contenidos para la obtención de la primera licencia de conducir de auto o moto.


La última etapa consiste en que los jóvenes rindan un examen teórico similar al que se realiza en los Centros de Habilitación de Conductores y los que aprueban reciben una constancia de certificación que homologa el curso teórico obligatorio para la obtención de carnet.


Para el ciclo lectivo 2014, este programa de convivencia se extendió a las escuelas primarias, y desarrolló una formación presencial y virtual para llegar a los distintos actores del sistema educativo.


En lo que va del año, se formaron 800 docentes de 5° año de la secundaria y EEMPA; 150 supervisores de todos los niveles y modalidades; preceptores; y 4870 alumnos de 5° año de toda la provincia están recibiendo los conocimientos para obtener la licencia de conductor de moto o auto.


La novedad del programa – además de lo provechoso para los futuros conductores que aprendan en la escuela y homologuen el curso obligatorio del carnet de conducir – es la posibilidad de que prosperen otras iniciativas que apunten a la reflexión y al cambio en la apropiación del espacio público como peatones o conductores.


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